LA LUZ ETERNA, TECNOLOGIA NO HUMANA.
Siempre ha existido tecnologias extraterrestes en el planeta, ahora son secretos escondidos pero en la antiguedad eran publicas, hasta ahora, sólo hemos solo son conocidos pocos en términos generales, pero de la existencia de la luz eterna en la antigüedad poco se conoce de estas misteriosas lámparas siempre encendidas.
• Plutarco escribió de una lámpara que ardía sobre la puerta de un templo a Júpiter Ammon. Según los sacerdotes, la luz permaneció encendida durante siglos sin combustible, y ni el viento ni la lluvia podía apagarla.
• San Agustín describió un templo egipcio sagrado consagrado a Venus, con una lámpara que ni el viento ni el agua podían extinguir. La declaró como siendo trabajo del diablo.
• En 527 A.D., en Edesa, Siria, durante el reinado del emperador Justiniano, los soldados descubrieron una lámpara siempre encendida en un nicho, sobre una pasarela, elaboradamente cerrada para protegerla del aire. Según la inscripción, fue encendida en el 27 D.C. La lámpara había estado encendida durante 500 años antes de que los soldados que la encontraron, la destruyeran.
• En el año 140, cerca de Roma, se encontró una lámpara ardiendo en la tumba de Pallas, hijo del rey Evandro. La lámpara, que había estado encendida por más de 2,000 años, no podía ser extinguida por métodos ordinarios. Resultó que ni el agua ni soplando la llama pudieron evitar que siguiera ardiendo. La única manera de extinguir la notable llama era drenando el extraño líquido contenido en el recipiente de la lámpara.
• Alrededor de 1540, durante el papado de Pablo III se encontró una lámpara naranja encendida en una tumba en la Vía Apia en Roma. La tumba se cree que pertenecía a Tulliola, hija de Cicerón. Ella murió en el 44 A.C. La lámpara que había ardido en la bóveda sellada durante 1,550 años se extinguió cuando fue expuesta al aire. Lo interesante de este descubrimiento en particular fue también el desconocido líquido transparente en el que la fallecida estaba flotando. Poniendo el cuerpo en este líquido, los antiguos lograron conservar el cadáver en tal buena condición que parecía como si la muerte se hubiese producido hacía tan sólo unos días.
• Cuando el rey Enrique VIII se separó de la Iglesia Católica en 1534, ordenó la disolución de los monasterios en el Reino Unido y muchas tumbas fueron saqueadas. En Yorkshire, una lámpara ardiente fue descubierta en una tumba de Constancio Cloro, padre de Constantino el Grande. Murió en el año 300 D.C., que significa que la luz había estado ardiendo desde hacía más de 1,200 años.
• En Francia, cerca de Grenoble, a mediados del siglo XVII, un joven soldado suizo tropezó accidentalmente con la entrada de una antigua tumba. Desafortunadamente para el joven, él no descubrió los tesoros de oro que él pensó que podrían estar ocultos en el interior. Sin embargo, su sorpresa debió de ser muy grande cuando fue confrontado con una lámpara ardiente de cristal.
• Du Praz, que era el nombre del soldado, retiró la misteriosa lámpara de la tumba sellada y la llevó a un monasterio. Mostró su notable descubrimiento de los asombrados monjes, y la lámpara permaneció en el monasterio. Se quemó durante varios meses hasta que un monje anciano la dejó caer y fue destruida.
Ciertos descubrimientos indican que los antiguos querían preservar su conocimiento en secreto por ser inexplicable su procedencia o tener prohibido decir quien se las había entregado.
En sus notas a St. Augustine en 1610, Vives Ludovicus escribe acerca de una lámpara que fue encontrada en la época de su padre, en 1580 D.C. Según la inscripción, la lámpara había estado encendida durante 1,500 años, sin embargo, cuando fue tocada, cayó en pedazos.
La cantidad de secretos que guardan las bodegas del Instituto Smithoniano que son los bodeguero de tecnologías y secretos no militares es gigantesca y no hay bodega (cueva) mas grande que ese almacén donde están las tecnoligias de energías inagotables y limpias pero que no se han dado a conocer por poder y avaricia.
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