CREACION Y DESTRUCCION DE TIAMAT, PLANETA MADRE.

LA CREACION DEL SISTEMA SOLAR, NACIMIENTO Y DESTRUCCION.

Antes que (Lahmu y Lahamu) hubieran crecido en edad y en estatura hasta el tamaño señalado, el dios ANSHAR y el dios KISHAR fueron formados, pasándoles [en tamaño]. Cuando se alargaron los días y se multiplicaron los años, el dios ANU se convirtió en su hijo -de sus antepasados un rival. Entonces, el primogénito de Anshar, Anu, como su igual y a su imagen engendró a NUDIMMUD.” (Extracto del Enûma Elish).


Es decir, se crearon Marte y Venus satelite, que pasaron a ocupar la segunda y tercera órbitas respectivamente, y después Saturno y Júpiter, planetas mayores que les sobrepasaron en tamaño y ocuparon las posiciones quinta y sexta (Tiamat ocupaba la 4ª órbita). Se hace referencia al paso del tiempo (miles de años) para que el sistema se fuera formando. Después Saturno (Anshar) engendra a Urano (Anu) y éste a su vez crea a Neptuno (Nudimmud).Se alude también a las grandes similitudes entre Urano y Neptuno en cuanto a posición y tamaño.  
Después de esto, algunos planetas comenzaron a «forjar» satélites. Entre los satélites de Saturno se contaba Gaga, el actual Plutón…
Éste es el Sistema Solar primigenio, Notemos que no están en él ni la Tierra, ni la Luna ni Nibiru, y que Tiamat es un gran planeta mayor que Venus.
En aquellos inicios, las órbitas planetarias no estaban del todo establecidas, y los planetas hacían movimientos erráticos. (“Los hermanos divinos se agruparon; perturbaban a Tiamat con sus avances y retiradas. Alteraban el «vientre» de Tiamat con sus cabriolas en las moradas del cielo”). Con “alteraban el vientre de Tiamat” se refiere a que ponían en peligro la órbita de este planeta. “Apsu no podía rebajar el clamor de ellos; Tiamat había enmudecido con sus maneras. Sus actos eran detestables… molestas eran sus maneras”. Es decir, que la fuerza de gravedad del Sol no era suficiente para corregir esa caótica situación. Al leer estas líneas, hemos de verlo en clave planetaria pero al mismo tiempo recordar el mito clásico en todo momento (en esos inicios del relato, Apsu y Tiamat estaban muy molestos con el bullicio de sus “hijos”, que no les dejaban descansar)…

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Éste es el escenario que encontró el planeta Marduk o Nibiru (nombres babilónico y sumerio, respectivamente) a su llegada a nuestro Sistema Solar, hace 3.900 millones de años. 
El épico relato babilónico continúa narrándonos cómo el planeta Neptuno (el más alejado del Sol) atrajo a ese nuevo invitado al Sistema Solar, llegado desde las profundidades del espacio exterior.

Nibiru tiene un tamaño similar al de Júpiter, y en ese entonces, era un planeta joven que aún emitía radiaciones y causaba estragos en su recorrido. La entrada de Nibiru en el Sistema Solar fue...

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“El orden del tránsito -primero por Neptuno, después por Urano-indica que Marduk (Nibiru) estaba entrando en el Sistema Solar no en la dirección orbital del sistema (en sentido contrario a las manecillas del reloj), sino en dirección opuesta, en el sentido de las manecillas del reloj. Siguiendo el nuevo sendero, el recién llegado no tardó en verse atrapado por las inmensas fuerzas gravitatorias y magnéticas del gigante Anshar/Saturno y, luego, de Kishar/Júpiter. Su sendero se curvó aún más hacia dentro, hacia el centro del Sistema Solar, hacia Tiamat.”

El Enûma Elish nos cuenta que los dioses habían decretado que el destino de Marduk era enfrentarse a Tiamat,rumbo el rumbo de Nibiru se vio alterado y puso rumbo de colisión hacia el gran planeta acuoso. A pesar de mencionarse a Saturno y Júpiter, el primero que lo atrajo fue Neptuno, cuyo tirón gravitacional provocó una protuberancia en un costado de Nibiru, y modificó su sendero orbital, orientándolo más al interior del Sistema Solar.

Las corelaciones son continuas (y a la vez que ingeniosas, discutibles). Marduk fue el elegido para librar la batalla con Tiamat. Se nos describe lo que ocurrió en el firmamento: Lo que es arriba es abajo…
A medida que Nibiru empezaba a ingresar en el Sistema Solar, los planetas lanzaban sobre él impresionantes relámpagos, haciéndolo brillar con fuerza. En otras palabras, la llegada de Nibiru causó problemas en la mayoría de planetas del Sistema Solar. Al pasar por Urano, algunos trozos de materia se desprendieron de éste, originando 4 satélites, que se arremolinaron como un torbellino alrededor de Nibiru.

De ahí que estos satélites reciban en el mito sumerio y babilónico el nombre de «Vientos»: Viento Norte, Viento Sur, Viento Este y Viento Oeste. De nuevo tenemos una correspondencia con el mito clásico.
De Tiamat se desprendieron 11 trozos de materia, una horda «rugiente y furiosa» que pasaron a convertirse en sus satélites, siendo Kingu el mayor de ellos. ¿No nos suena esto familiar? Sí, los 11 monstruos o demonios que acompañaban a Tiamat.
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Al pasar por Saturno, Nibiru expulsó a su satélite Gaga a los confines del Sistema Solar, ocasionándole una extraña órbita elíptica. Gaga o Plutón pasó, entonces, a convertirse en el noveno planeta del Sistema Solar.


Además de esto, Nibiru le arrebató otros tres satélites («Viento del Mal», «Torbellino» y «Viento Incomparable»), que quedaron girando a su alrededor, junto a los cuatro anteriores. Desde entonces, Nibiru posee 7 satélites naturales.
Saturno y Júpiter, con su enorme atracción gravitatoria, acabaron de variar la órbita de Nibiru, poniéndolo en ruta de colisión contra Tiamat.
De ambos cuerpos celestes se desprendieran grandes fragmentos que se convirtieron en satélites, volviendo la situación aún más caótica .Ambos planetas se engancharon gravitacionalmente, y «Viento del Mal», fue el primero en golpear a Tiamat por un costado, atravesándola, y dejando tras de sí una amplia hendidura. Sería la primera de dos colisiones fatales. Ese “Viento Maligno” fue como un rayo, el Imhullu que penetra en el cuerpo de la diosa, atravesándola….

A través de esta fisura, una inmensa descarga eléctrica saltó como una chispa desde el energéticamente cargado Nibiru. Abriéndose camino hasta las «entrañas» de Tiamat, este rayo neutralizó y extinguió sus campos electromagnéticos.Todos los satélites de Tiamat, salvo Kingu, quedaron destrozados, pasando a convertirse en los actuales cometas del Sistema Solar. Arrastrados por la gravedad de Nibiru, terminaron con extensas órbitas elipsoidales en sentido «retrógrado», es decir, contrario al movimiento de los demás planetas.

Tiamat planet 3
El Sol ya había atrapado a Nibiru en su campo gravitatorio y éste, siempre volvió al Sistema Solar (por lógica, al cabo de otros 3.600 años), siguiendo la misma trayectoria.

Entonces, otro de los satélites de Nibiru («Viento Norte»), golpeó al hemisferio norte de Tiamat, empujándolo hacia el Sol, junto a Kingu, el satélite sobreviviente. Las chorreantes aguas de lo que quedaba de Tiamat se desparramaron por el espacio en el proceso. (¿Las aguas de Tiamat mezclándose con las del Apsu, en un proceso que acabaría creando vida?).

Después Nibiru golpeó el hemisferio sur de Tiamat, convirtiéndolo en miles de pedazos, que se esparcieron en una banda que hoy conocemos como el Cinturón de Asteroides, que hasta hoy se mueve en el mismo sentido retrógrado que Nibiru y los cometas del Sistema Solar.
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En las tablillas mesopotámicas se conoce al Cinturón de Asteroides como «El Brazalete Celestial», «El Brazalete Repujado», «El Firmamento», o «Cinturón de Aguas Congeladas». Desde entonces, este Brazalete o Cinturón separa a los llamados planetas interiores de los exteriores.
Mientras tanto, el hemisferio sur de Tiamat, que aún sobrevivía, se acomodó en una nueva órbita, entre Venus y Marte y, lentamente, fue tomando forma y recuperándose, hasta llegar a convertirse en la Tierra actual.
El lugar donde impactó Viento Norte, empujando al hemisferio norte de Tiamat, es lo que conocemos hoy como la cuenca del Océano Pacífico, y supuestamente, según algunas fuentes, se puede ver la huella de la formidable colisión…
Pacific hole
Mientras que Kingu, el fiel amante y acompañante de la diosa, y único superviviente, acabó convirtiéndose en nuestra actual luna y orbitando alrededor de la Tierra. De esta forma acabaría configurándose, y después de millones de años y de estabilizarse las órbitas, el actual Sistema Solar….

sistema solar 1El resto de la historia ya la conocemos: En la Tierra acabaría surgiendo la vida después de millones de años, mientras que en Nibiru, surgió muchísimo antes, y esa raza Anunnaki llegaría a la Tierra hace medio millón de años para acabar creando al ser humano mediante ingeniería genética, pero ésa es otra larga historia.

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